El desarrollo de los proyectos de vivienda se basa en la comprensión de los modos de vivir, en el entendimiento de que el espacio privado ha de ser propio, y por tanto producto más de la comunicación que del modelo.
La preocupación por el contexto es doble, responde al habitante y al lugar, y conduce a proyectos cuidados, en los que se diseña de manera integral, conjugando luz y materia, vacío y lleno, para conseguir un espacio habitable.